El Liceo de Málaga, situado en la Plaza de San Francisco, en el mismo emplazamiento donde hoy se halla el Real Conservatorio de Música María Cristina, fue, por antonomasia, lugar de reunión, durante el siglo XIX, de los artistas malagueños. Construido sobre parte del antiguo convento de San Francisco, que da nombre a la pequeño plaza – donde destaca la fuente de Pomona (1864) -, a este centro recreativo debió de acudir Picasso acompañado por su padre, asiduo de sus tertulias, pudiendo contemplar el niño las obras que los pintores de la época habían dejado como recuerdo de su paso por los salones.
En este Liceo, verdadero museo pictórico y biblioteca del XIX, en una de sus piezas llamada El Senado, se celebraron las tertulias de sus socios más distinguidos, y fue aquí donde Pablo Picasso sería bautizado con champán por Martínez de la Vega, con motivo del éxito obtenido por el joven artista en las exposiciones Nacional y Provincial de Bellas Artes de 1897, con su obra Ciencia y Caridad.