Siendo su padre profesor de Dibujo Lineal y Adorno de la Escuela malagueña, ésta, situada en la Plaza de la Constitución a la entrada de calle Compañía, fue el primer lugar en donde Pablo Picasso entró en contacto con los modelos clásicos de yeso que, pocos años después, en La Coruña y Barcelona, copiara como obligada asignatura para sus estudios.
La cantera de pintores que pasaron por las aulas de San Telmo fueron también maestros y amigos de José Ruiz Blasco, y, por consiguiente, muchos de ellos, de un incipiente Picasso, de los que tomó éste claro ejemplo como diestro alumno para sus obras posteriores. Bernardo Ferrándiz, Muñoz Degrain, Martínez de la Vega o Moreno Carbonero hicieron, del arte del último tercio del XIX, el siglo de Oro de la pintura malagueña, de la cual Picasso sacó provecho viendo, de primera mano, la magnitud de las grandes escenas históricas, tan en boga por entonces.
Actualmente el edificio es sede del Ateneo de Málaga. Cuenta con sala de exposiciones en las que tienen lugar muestras de Artes Plásticas.