La Málaga más singular: anécdotas, símbolos y curiosidades
Málaga lo reúne todo: sol, playa, cultura, naturaleza y una riqueza histórica que encierra anécdotas, símbolos y curiosidades desconocidas para los visitantes e, incluso, para muchos malagueños. ¡Te las contamos!
Tipos de café
Quien visita Málaga por primera vez se queda sorprendido por la forma en que se piden los diferentes tipos de cafés. Hay hasta nueve denominaciones dependiendo de la cantidad de leche y de café que lleve el vaso o la taza. Desde la nube hasta el ‘mitad’, pasando por el ‘sombra’ o el largo, entre otros. Fue en el Café Central donde se gestó esta peculiar forma de pedir el café.
En la posguerra, obtener ciertos productos como el café, era difícil y caro. José Prado, dueño de esta emblemática cafetería actualmente cerrada, veía que, para adaptarse a los gustos de los clientes, tenía que tirar parte del café o volver a hacerlo. En 1954 llevó a cabo una manera práctica de poner en orden las peticiones de los clientes a través de un cartel en el que incluyó nueve denominaciones, desde el solo hasta la nube. Como no le cuadraba el diseño en dos filas, decidió incluir un café más. Fue un empleado el que le dio la clave al decirle “Don José, ¿Menos que una nube?... pues para eso no se lo ponga”, y así se completó un mosaico que se convirtió en un icono de la ciudad.
La Farola
Faros en España hay muchos, pero con nombre femenino, solo existe uno en la Península, la Farola de Málaga, recientemente declarada como Bien de Interés Cultural (BIC) este mismo año. Levantada en 1817, La Farola ha sufrido varias reformas durante su historia. La primera se realizó por los daños causados por el terremoto de 1884. Durante la Guerra Civil, aunque se dio orden de apagar el faro y pintarlo para dificultar su visión y evitar que sirviera de referencia para el bombardeo de Málaga, se vio afectada por los acontecimientos y tuvo que ser reparada.
Cinco Bolas
La calle Cinco Bolas tiene su peculiar historia, ya que cuenta con cinco bolas de colores dispuestas en forma de cruz sobre una de las fachadas de entrada a la calle. Ni muchos malagueños saben qué significan, pero existen varias hipótesis. Una de ellas está protagonizada por los Reyes Católicos y está relacionada con la toma de la ciudad para incorporarla al Reino de Castilla. En aquella contienda se utilizaron proyectiles para cañón de 155 mm de calibre que fueron decisivos para la victoria. En su recuerdo, quedaron estampados cinco proyectiles en la fachada de la calle.
Otra teoría habla de un convento de monjas que estaba junto a la Iglesia de San Juan y que en determinados momentos del día se reconvertía en una casa de citas para los nobles de la ciudad. Allí se daba cobijo a mujeres maltratadas y a rameras. La cruz con las bolas señalaba la puerta falsa por donde se podía acceder al convento para esas citas prohibidas.
La tercera de las teorías está relacionada con el recuerdo al Cirio Pascual, cuyos colores coinciden con las bolas de la fachada. El azul representa el cielo, el verde, la esperanza; el rojo es el fuego, el amor y el sacrificio; el morado, la penitencia y el amarillo, la Pascua y Resurrección de Cristo.
Barrio de Huelin
Creado en torno a 1870, fue el primer barrio obrero de la ciudad y su nombre está relacionado con Eduardo Huelin Reissig, un industrial de origen inglés dedicado al negocio de la caña de azúcar. Huelin impulsó un modelo de barrio obrero que hasta entonces no se conocía en Málaga. Antes de su construcción, los trabajadores de las fábricas vivían en los corralones de la zona de El Perchel y la Trinidad en muy malas condiciones, prácticamente hacinados. La idea de Eduardo Huelin de construir unas casas independientes para sus empleados en una zona cercana a la fábrica fue toda una revolución en esa época.
El Puente de los Alemanes
El Puente de Santo Domingo, también conocido como el ‘de los Alemanes’, es otro de los símbolos de Málaga. Fue construido por el gobierno alemán en agradecimiento a la ciudad. En 1900, la fragata SMS Gneisenau naufragó en aguas malagueñas a causa de un temporal.
Fueron muchos los vecinos que no dudaron en acudir en sus barcas a socorrer a los navegantes, salvando la vida de muchos de ellos. Con ese gesto, la ciudad se ganó el título de “Muy Hospitalaria” que luce en su escudo. Años más tarde, cuando el desbordamiento del río Guadalmedina destruyó los puentes, el gobierno alemán financió la construcción de uno de ellos como forma de agradecimiento.
El Cenachero
El cenachero es uno de los símbolos de la ciudad y hace referencia a los antiguos vendedores de pescado que vendían su mercancía, compuesta principalmente por boquerones vitorianos, jureles, sardinas o chanquete, por las calles con unos cenachos de esparto colgados de sus hombros. En honor al cenachero, el artista malagueño Jaime Fernández Pimentel realizó una escultura en bronce en 1968 que representa a este popular personaje y que actualmente se encuentra en la Plaza de la Marina.
La biznaga
Es la flor de Málaga. Pero no es una flor en sí, se trata de una confección artesanal realizada con jazmines que se insertan en una especie de cardo, concretamente en un tallo de nerdo, proporcionando un agradable y característico olor.
Al vendedor de biznagas se le conoce como biznaguero y suele llevar estas peculiares flores clavadas en una penca. Tal es su popularidad en la historia de Málaga, que en los Jardines de Pedro Luis Alonso hay una estatua en homenaje a estos vendedores ambulantes.