Desconectar para reconectar: la Málaga más ‘slow’
Son muchos los espacios y momentos que la ciudad ofrece para disfrutarla (y saborearla) “a fuego lento” y sin prisas
Málaga es una ciudad que puede vivirse de todas las formas posibles. Actividad y dinamismo son señas de identidad, pero también son muchos los espacios en los que bajar el ritmo y asegurarnos momentos de desconexión. Hoy exploramos la Málaga más ‘slow’.
Sumergirse en la serenidad de la naturaleza
La serenidad de las plantas, el color de las flores, el sonido del agua… El Jardín Botánico Histórico La Concepción es toda una experiencia sensorial. Visita obligada para los amantes de la naturaleza, se puede admirar una amplia variedad de plantas de todo el mundo. Muchos fines de semana es posible disfrutar de actividades en familia para que los más peques se sumerjan en este otro mundo: el de la naturaleza en estado puro.
También a apenas unos kilómetros de la ciudad se encuentran los Montes de Málaga, un parque natural donde reconectar con la naturaleza y también con las costumbres más ancestrales
Conoce aquí algunos de los pulmones de Málaga.
Ruta en bici por la ciudad
La primavera es la época perfecta para hacer una ruta en bicicleta por la ciudad. Málaga cuenta con numerosos carriles bici que conectan diferentes puntos de interés y también con muchas empresas de alquiler de bicis. Puedes aprovechar para visitar alguna de las zonas aledañas al casco antiguo, o bien dirigirte hacia la zona este o la zona oeste de la ciudad y explorar sus alrededores. Vayas donde vayas, descubrirás nuevos rincones ‘fuera de ruta’ y con mucho encanto.
Jornada de playa
Las playas son uno de los lugares en los que perderse para encontrarse. El sonido de las olas del mar, un baño en el Mediterráneo y tumbarse en la arena para llenarse de energía son instantes en los que el tiempo se detiene. Las de Sacaba o Guadalmar, en el extremo oeste de la ciudad, son algunas de las playas menos concurridas y tranquilas para descansar. Aquí te dejamos otros muchos planes de los que disfrutar a la orilla del mar.
Gastronomía a fuego lento
La gastronomía malagueña se cocina a fuego lento y con cariño. De igual modo, se saborea lentamente para percibir cada uno de sus matices. Desde la gastronomía de mar hasta la cocina de interior, Málaga propone un viaje de lo más delicioso: un recorrido por su cultura gastronómica, en la que tienen nombre propio los vinos y su repostería.
Barrios con esencia marinera
Otro lugar imprescindible para disfrutar de la Málaga ‘slow’ son Pedregalejo y El Palo. Situados al este de la ciudad, estos barrios de pescadores han mantenido su esencia y su ritmo de vida tradicional. Aquí encontrarás una gran cantidad de chiringuitos y restaurantes donde degustar los mejores pescados y mariscos frescos de la costa malagueña. Además, sus playas son ideales para desconectar y disfrutar del sol y del mar.
Cultura y paseos en familia
Málaga es un destino perfecto para viajar en familia. En la ciudad encontrarás numerosos parques y espacios para disfrutar con los más pequeños. El Parque de Huelin es uno de los más populares, con un parque infantil, pistas deportivas y una zona de picnic. También te recomendamos caminar por la zona del Puerto de Málaga, donde podrás disfrutar de un paseo en barco o pasear por Muelle Uno. Si os apetece cultura en familia, no dudéis en echar un vistazo a la programación de teatros como el Echegaray o el Cánovas, ambos con una interesante programación infantil.