El día no puede empezar mejor que poniéndole un toque de sabor. Comer en la Feria es indispensable y como acto social que es, se disfruta en compañía y compartiendo raciones y tapas con familia y amigos.

En la Feria de Málaga lo habitual es pedir platos de jamón y queso, berenjenas fritas con miel de caña -no puedes dejar de pedirlas-, tortilla de patatas y frituras de pescado, entre otros. Se acompañan de otros más fresquitos, como el tomate picado, ensaladilla de pimientos asados o una ensalada malagueña.

Y todo esto maridado con un buen vino de Málaga, tierra famosa por la calidad del vino dulce. Los catavinos al cuello forman parte de la idiosincrasia de esta fiesta. Eso sí: bebe siempre con moderación.