A través de una recopilación de pinturas de gran formato que Luis Feito (1929-2021) tenía colgadas en su vivienda de Madrid, y gracias a la generosa ayuda de su heredero, esta exposición ofrece la un viaje único y especial al que quizá se considera el momento creativo más destacado de la vida del pintor.

Entre 1956 y 1962, Feito desarrolló un estilo personal y públicamente reconocible durante sus años en el grupo El Paso, y compartió su compromiso con el informalismo matérico, pionero del arte español del siglo XX. La abstracción del artista, tacaño con colores (negro, blanco, ocre y rojo) y formas, se manifiesta en esos años en pintura pura, gran potencia pictórica y expresividad de gestos, cuya materialidad, liberada de toda norma, es protagonista. Ofrece a los lienzos su principal valor, independientemente de los significados e interpretaciones.

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